Catherine Bohorquez
(original Spanish submission below)
On August 9th of last year, I went to Bonita Springs in Fort Meyers, FL with family. Everything was fine until we got to the hotel, and I started to have strong abdominal pain on my right side. I thought I could control it with some painkillers but that was not the case. I was able to calm the pain for a few hours and then it got worse. I was transported by ambulance to the hospital and after several hours of antibiotic treatment the doctors determined that I had a severe infection, and it was getting worse. They did not know what was causing the infection and I needed emergency surgery. They transported me to another hospital because they did not perform surgeries there. At that moment I wanted them to give me strong medicine so I could get home to Kissimmee, Fl and we were 3 and a half hours away from home and family.
When I got to the hospital the doctors told me that what I had was very serious and that they had to operate on me as soon as possible. I said that they should do what they have to do, I did not know the severity of the problem. My husband and sister were told that I had developed sepsis due to diverticulitis. On August 16, 7 days later, I woke up.
When I came out of the coma, I thought that only hours had passed and that was not the case. I was confused and I didn’t understand anything. Then they told me that they had removed my ovary and my tube on the left side. When the doctors tried to wake me up from the coma, my breathing was weak, and they didn’t understand why I still had a fever. It was because I also had COVID. The first hospital had not tested me for that.
This terrifying experience changed my life. Now I live in fear and much more alert that any type of infection can end in sepsis, but I thank God that he got me out of that situation and gave me a second chance at life.
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En agosto 9 del año pasado me fui con algunos familiares de fin de semana a Bonita Springs en Fort Myers, todo iba bien hasta que llegamos al hotel y empecé con un dolor abdominal muy fuerte en el lado derecho, pensé que lo podía contrólalo con algunos analgésicos pero no fue así, pude calmar el dolor por algunas horas y luego empeoró. Fui transportada en ambulancia hasta el hospital y luego de varias horas de tratamiento con antibióticos los médicos determinaron que tenía una fuerte infección y estaba empeorando ellos no sabían que estaba provocando la infección y necesitaba una cirugía de emergencia me transportaron hasta otro hospital porque en ese hospital no hacían cirugías. Yo en ese momento quería que me dieran medicina fuerte para poder llegar a casa en Kissimmee, Fl ya que es donde yo vivo, y estábamos a 3 horas y media lejos de casa y familia. Cuando llegué al hospital los médicos me dijeron que lo que tenía era muy grave y había que operarme lo más rápido posible a lo cual yo dije que hagan lo que tengan que hacer yo no sabía la gravedad del problema. A mi esposo y hermana les dijeron que yo había desarrollado sepsis debido a la diverticulitis que tenía, al final me terminaron induciendo en coma y el 16 de agosto 7 días después desperté. Cuando regrese del coma pensé que solo habían pasado horas y no fue así mi mente estaba confusa y no entendía nada, luego me dicen que me habían removido el ovary y my tube del lado izquierdo. Cuando los doctores trataban de despertarme del coma mi respiración bajaba y ellos no entendían porque seguía teniendo fiebre y era por que también tenía COVID en el primer hospital no me realizaron la prueba.
Esta aterradora experiencia cambió mi vida ahora vivo con miedo y mucho más alerta de que cualquier tipo de infección pueda terminar en sepsis pero doy gracias a Dios que me sacó de esa situación y me regaló una segunda oportunidad de vida.
